El clima de una región son sus condiciones meteorológicas predominantes promediadas a lo largo de muchos años, mientras que el tiempo es el cambio a corto plazo que vemos y experimentamos a diario.
El clima de la Tierra, es decir, las condiciones medias de todas las regiones del planeta, ha cambiado en el pasado debido a procesos naturales. En el último millón de años se han establecido oscilaciones regulares entre períodos cálidos y edades de hielo que duran decenas de miles de años, desencadenadas por cambios periódicos en la órbita de la Tierra alrededor del sol.

En los últimos 800.000 años, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera han fluctuado en respuesta a los períodos glaciales e interglaciares, pero no han superado las 300 ppm. Sin embargo, en el último siglo, debido a la industrialización y a la combustión de combustibles fósiles, las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado a un ritmo sin precedentes, y ahora superan las 400 ppm.
El clima de la Tierra se está calentando debido al aumento de las concentraciones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático concluye en su Informe Especial: Calentamiento global de 1,5°C, que "El calentamiento inducido por el hombre alcanzó aproximadamente 1°C (por encima de los niveles preindustriales) en 2017, aumentando en alrededor de 0,2°C por década". Las cantidades de nieve y hielo en el planeta han disminuido, y el aumento del nivel del mar se está acelerando (Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial, 2019).
El cambio climático ya está teniendo efectos adversos en los sistemas naturales y humanos. Entre ellos figuran los efectos negativos en los ecosistemas terrestres y marinos, la reducción del rendimiento de los cultivos y la alteración de los sistemas hidrológicos que afectan a los recursos hídricos. Incluso nuestros sistemas socioeconómicos, la salud y el bienestar son vulnerables a los impactos en cascada del cambio climático y los desastres relacionados con el clima (Quinto Informe de Evaluación del IPCC, 2014).
Para hacer frente al cambio climático, los países han acordado, en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida una interferencia peligrosa en el sistema climático. El Acuerdo de París tiene por objetivo mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de 2 grados centígrados sobre los niveles preindustriales.
La Iniciativa sobre el Cambio Climático de la Agencia Espacial Europea tiene por objeto aumentar la disponibilidad y la utilización de registros de datos climáticos mundiales basados en satélites como una importante contribución a la base de pruebas sobre el cambio climático que impulsa la acción internacional. Fuente: ESA.